sábado, 28 de noviembre de 2009

Parte 5 - La sala de las puertas

La tía Cármen se llevó una hora atacando a Victoria con preguntas sobre el instituto y, para desaliento de Victoria, sobre su vida privada. Victoria ya no aguantaba más a esa mujer, así que le dijo:
-Tía Cármen, estoy muy cansada, y me gustaría recoger las compras y dormir un poco. ¿Me permites?.
-Claro hija, perdona a esta vieja mujer que te ataca con preguntas ¡ja , ja , ja!
«Bien» pensó Victoria. «Por fín puedo estar tranquila y hacer lo que me da la gana».
Subió a su habitación y empezó a recoger sus compras .. El atrapasueños lo colgó en el cabecero de su cama, a modo de decoración. Cuando terminó de recoger todo se sentó en su escritorio y encendió el ordenador. No llevaba ni diez minutos cuando se empezó a sentir cansada, así que decidió que lo mejor era echarse una siestecita. Se tumbó en la cama y se quedó dormida al instante. En sus sueños, Victoria se vió delante de una gran puerta luminosa. De repente, Victoria se sintió terriblemente atraída por la puerta. Sabía que algo espectacular le esperaba detrás de esa puerta. Pasó el umbral de la puerta.Entonces, se vió envuelta en un torbellino de imágenes irreconocibles. El torbellino cesó. Victoria se encontraba en una enorme sala llena de puertas de todos los tamaños y colores. «¿Dónde estoy?» se preguntó. «Esta sala parece salida de un cuento». Observó las puertas. En algunas puertas reconoció imágenes de sus películas y libros favoritos. Esas puertas le inspiraron confianza. Pero algunas puertas mostraban imágenes horrorosas y espeluznantes. «Ahí no entro yo, sin duda». Victoria estaba asustada. Al final decidió pasar por una puerta con forma de calabaza. «Allá voy» .
Victoria no se imaginaría lo que se encontraría detrás de esa puerta.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Parte 4-Comienza la pesadilla

Pasaron el resto de la tarde vagabundeando por el centro comercial y entrando en alguna tienda de vez en cuando. Cuando se dieron cuenta, eran ya las cuatro y media de la tarde, y Victoria debía estar en su casa a las cinco. Así que Victoria prosiguió a despedirse de sus amigas:
-Chicas, me tengo que ir ya, que si no mi madre se cabrea y ya sabeis cómo se pone...
-¿Quieres que te acompañemos a casa?-le preguntó Mary.
-No hace falta, vosotras seguid disfrutando de las compras.
-¡Pero cómo vamos a dejar que te vayas sola a casa!-exclamó Luna. A Luna y a Mary no les agradaba la idea de dejar que su amiga se fuera sola a casa.
-Que no, que no hace falta, me pillo un taxi y en quince minutos estoy allí. Además, no quiero estropearos la tarde porque tengáis que acompañarme.-dijo Victoria con cara de culpa.
-No nos la estropeas...-replicó Mary.
-¡No me vais a acompañar y punto! Es más, si me acompañáis llegáis tarde a la sesión de las cinco de esa peli que queríais ver.
Mary y Luna se miraron.
-Vale, no te acompañamos, ¡pero si te rapta alguien la culpa no es nuestra!-exclamó Mary con sarcasmo.
-Pues bueno chicas, nos vemos mañana.¡Chao!
-¡Chao!-dijeron Luna y Mary.
Victoria no tardó mucho tiempo en salir del centro comercial, pero no tuvo la misma suerte para encontrar un taxi, así que casi llega tarde a su casa.
Cuando abre la puerta, escucha unos pasos pesados dirigiéndose hacia ella.
-¡Victoria de mi corazón!¡Pero cúanto has crecido! Ven aquí y dale un besito a tu tía- exclamó sonriente la tía Cármen, que para la ocasión había elegido un espantoso vestido negro con un estampado de flores rojas.
«Lo que me faltaba» pensó Victoria. «Esta tarde va a ser muy larga».

lunes, 16 de noviembre de 2009

Parte 3-El atrapasueños

Llegaron al centro comercial. Era un edificio de tres plantas donde se agrupaban tiendas de toda clase y al que la gente acudía a realizar sus compras o simplemente a pasar el día.
Las chicas pasaron la mañana yendo de tienda en tienda y comprándose ropa y accesorios. A la hora de almorzar, entraron en un bar de tapas y se sentaron a comer.
-Después de comer tenemos que entrar en esa tienda que os dije -dijo Victoria.
-¿La que tenía el cartel de liquidación puesto en el escaparate? La cierran la semana que viene, y tienen las cosas superbaratas -comentó Mary .
-¡Entonces tenemos que llegarnos sin falta! La semana que viene es el cumple de mi madre y quiero comprarle algo-exclamó Luna.
-Y yo quiero comprarme algo para decorar mi cuarto-dijo Victoria.
-¿Entonces a qué esperamos? ¡Vámonos corriendo para allá!- saltó Mary.
-No sé tú, pero yo de aquí no me muevo hasta que termine de almorzar-dijo Luna.
Cuando terminaron de comer, fueron a la tienda. Era una tienda bastante pequeña llena de objetos decorativos y de origen sudamericano. Dieron una vuelta por la tienda y ninguna decidía qué comprar. Luna encontró un canasto de colores perfecto para regalárselo a su madre y Mary encontró un bolso de cuero con dibujos florales, pero Victoria no encontraba nada que le gustase. Cuando se iban a ir, Victoria se fijó en un objeto circular que tenía plumas de colores colgando.
-¿Desea algo, señorita?-le preguntó el dependiente a Victoria. Era un anciano de procedencia sudamericana.
-Sí, ¿qué es eso?-le preguntó Victoria señalando aquel extraño objeto.
-Eso es un atrapasueños. Si lo cuelgas en el cabecero de tu cama, atrapará tus malos sueños y nunca más tendrás pesadillas. Pero señorita, dicen que este atrapasueños es mágico, y que al portador de este lo lleva al reino de los sueños donde le ocurren cosas maravillosas.
-Me lo llevo-le dijo Victoria al dependiente muy seria.
-¡Pero tenga cuidado, señorita! Una vez que estes en el reino de los sueños, si alguien le quita el atrapasueños, se verá envuelta en un mundo de pesadillas, y no podrá salir de allí nunca más-le advirtió el anciano.
-No me importa, me lo llevo igualmente.
Al salir de la tienda salta Mary:
-¿Pero a ese viejo qué le pasa? ¡Está chiflado! Anda que creer en cuentos a su edad...
-A mí me da igual esa historia, me lo he comprado porque me ha gustado para ponerlo en mi cuarto-dijo Victoria.
Pero en el fondo le seguía intrigando aquella historia tan peculiar.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Parte 2-Por fín sale de casa

Ya habían pasado veinte minutos y Mary seguía sin venir. «Esto no puede estar pasando. ¿Por qué no habrá llegado todavía Mary? Esto me está poniendo de los nervios». Victoria subió a su habitació , se tendió en la cama y se puso a pensar en su amiga Mary. Victoria y Mary eran mejores amigas desde la infancia. Se parecían mucho físicamente. Algunas personas les siguían preguntando "¿vosotras sois hermanas?", pero las personas que mejor las conocían sabían que eran como dos polos opuestos. Las dos eran desgarbadas y muy bellas , pero psicológicamente eran muy distintas. Victoria era una chica muy introvertida y tímida, mientra que Mary era muy alegre sociable. Pero eran como uña y carne.
Pasada media hora sonó el timbre. Victoria bajó corriendo las escaleras y abrió la puerta.
-¡Hola Vic! Sentimos mucho haber llegado tan tarde, pero es que a alguien se le han pegado las sábanas...- dijo Mary mirando buscando con la mirada a alguien que venía detrás suya.
Mary había venido acompañada de Luna, la última en integrarse en el grupo. Se había mudado a la ciudad un par de años antes, y en seguida consiguió un lugar en los corazones de Victoria y Mary.
-Perdóname Victori, pero ya sabes que los viernes por la noche echa mi programa favorito en la tele- dijo Luna queriendo disculparse.
-No pasa nada. Bueno, ¿nos vamos? Estoy deseando llegar al centro comercial.
Por el camino, Victoria le contó a sus amigas el incidente de la mañana.
-¿Qué os parece? Con las ganas que tenía de pasar el día con vosotras y ahora va y viene la tía Cármen ha visitarnos. No es justo...
-Si tu madre no te deja más tiempo y no quieres más problemas, lo único que podemos hacer es aprovechar el día al máximo-contestó Mary.
-Eso, eso, démonos prisa que estoy deseando llegar- dijo Luna.
-¡Mira quien fue a hablar, la señorita que llegó tarde por quedarse hasta las tantas viendo la tele!- exclamó Victoria riéndose.
Por cada minuto que pasaba, Victoria se iba animando más y más.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Parte 1 - Una mala noticia

Por fín había llegado el puente. Victoria llevaba un mes esperando que llegara este momento porque para ella un puente sólo significaba una cosa: ir de compras. Había pasado poco tiempo desde el comienzo de las clases, y Victoria estaba deseando que llegara un puente para quedar con sus amigas e ir de compras, ya que su madre no la dejaba salir los fines de semana porque tenía que estudiar. Pero ese fin de semana no sería igual. El sábado por la mañana Victoria se levantó temprano para prepararse para salir. Cuando bajó a desayunar, su madre le dijo:
-Victoria, cariño, no te vengas muy tarde que hoy viene la tita Cármen a visitarnos.
-¿QUÉ? ¡PERO SI LLEVO ESPERANDO ESTE DÍA UN MES!-saltó escandalizada Victoria-. Sabes que me hace mucha ilusión pasar el día con mis amigas, mamá, por favor, no me hagas esto...
_Perdona hija, pero sabes que la tita Cármen vive muy lejos y que no nos puede venir a visitar todo lo que le gustaría, así que hoy llegarás a casa a las cinco y punto. Con las ganas que tiene de verte...
«Vaya chasco, no podré pasar todo el día con mis amigas por tener que ver a esa gorda...» pensó Victoria. La tía Cármen era la típica señora chapada a la antigua, fuerte de constitución y que se viste con vestidos adornados en exceso que no se llevan desde los años cincuenta. Era la tía que más odiaba Victoria, porque la trataba como si fuera una niña pequeña, y, para su desgracia, Victoria era su sobrina favorita.
Victoria no sabía que hacer, pero tendría que pensarlo más tarde, ya que su mejor amiga, Mary, vendría a buscarla en veinte minutos. «Tiene que haber una solución». Victoria estaba desesperada.