viernes, 20 de noviembre de 2009

Parte 4-Comienza la pesadilla

Pasaron el resto de la tarde vagabundeando por el centro comercial y entrando en alguna tienda de vez en cuando. Cuando se dieron cuenta, eran ya las cuatro y media de la tarde, y Victoria debía estar en su casa a las cinco. Así que Victoria prosiguió a despedirse de sus amigas:
-Chicas, me tengo que ir ya, que si no mi madre se cabrea y ya sabeis cómo se pone...
-¿Quieres que te acompañemos a casa?-le preguntó Mary.
-No hace falta, vosotras seguid disfrutando de las compras.
-¡Pero cómo vamos a dejar que te vayas sola a casa!-exclamó Luna. A Luna y a Mary no les agradaba la idea de dejar que su amiga se fuera sola a casa.
-Que no, que no hace falta, me pillo un taxi y en quince minutos estoy allí. Además, no quiero estropearos la tarde porque tengáis que acompañarme.-dijo Victoria con cara de culpa.
-No nos la estropeas...-replicó Mary.
-¡No me vais a acompañar y punto! Es más, si me acompañáis llegáis tarde a la sesión de las cinco de esa peli que queríais ver.
Mary y Luna se miraron.
-Vale, no te acompañamos, ¡pero si te rapta alguien la culpa no es nuestra!-exclamó Mary con sarcasmo.
-Pues bueno chicas, nos vemos mañana.¡Chao!
-¡Chao!-dijeron Luna y Mary.
Victoria no tardó mucho tiempo en salir del centro comercial, pero no tuvo la misma suerte para encontrar un taxi, así que casi llega tarde a su casa.
Cuando abre la puerta, escucha unos pasos pesados dirigiéndose hacia ella.
-¡Victoria de mi corazón!¡Pero cúanto has crecido! Ven aquí y dale un besito a tu tía- exclamó sonriente la tía Cármen, que para la ocasión había elegido un espantoso vestido negro con un estampado de flores rojas.
«Lo que me faltaba» pensó Victoria. «Esta tarde va a ser muy larga».

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